Egresa una generación de excelencia de la Escuela de Música y Canto del Instituto de Cultura de Mazatlán

Egresa una generación de excelencia de la Escuela de Música y Canto del Instituto de Cultura de Mazatlán

El emblemático recinto de Casa Haas se convirtió en un santuario sonoro durante el recital de graduación del nivel técnico y licenciatura de la Escuela de Música y Canto del Instituto de Cultura, Turismo y Arte de Mazatlán. En la velada se vivió una experiencia profundamente conmovedora y el público – entre el que se encontraban reconocidos integrantes de la Camerata Mazatlán- vibró con el talento de los jóvenes músicos.

Presidió la gala el maestro Enrique Patrón De Rueda, figura esencial de la ópera nacional, quien con su sola presencia selló la noche con un reconocimiento tácito al nivel artístico de los egresados.

El discurso de despedida estuvo a cargo de la Directora Educativa del Centro Municipal de las Artes, Liliana Aréchiga Pérez y del padrino de ambas generaciones, maestro Sergio Arturo Vargas Chapela, quienes motivaron a los graduados a perseguir sus sueños y enfrentar nuevos desafíos.

Una velada de interpretaciones memorables

La pianista Alma Gabriela Gómez López -graduada de la carrera técnica en Música – inauguró el programa con una refinada lectura del Intermezzo de Manuel M. Ponce, seguida de una intensa y apasionada interpretación del primer movimiento de la Sonata No. 8 “Pathétique” de Beethoven, dejando ver no solo dominio técnico, sino una profunda sensibilidad expresiva.

Le siguió Alejandro González García, – graduado del nivel técnico en Música- quien llevó al escenario el Concierto No. 2 de Joseph Paulson, logrando momentos de lirismo y precisión que demostraron una madurez interpretativa en su ejecución del clarinete.

Uno de los momentos más esperados fue protagonizado por Vanessa Alejandra Gama Amezcua, (graduada de la Licenciatura en Canto) quien ofreció una emotiva versión de Ach ich liebte del Rapto en el Serrallo de Mozart, y más adelante deslumbró con el aria Je suis Titania de Ambroise Thomas (Mignon). Su impecable dicción, control vocal y dramatismo escénico conquistaron al público.

David Eduardo Cuadras Marcial, graduado de la Licenciatura en Música, interpretó el Concierto para violín No. 5 de Mozart, obra exigente por su virtuosismo y claridad melódica, que abordó con entrega y solvencia, y cuya musicalidad fue recibida con cálidos aplausos.

En otro momento álgido, la mezzosoprano Rosa María Ferreiro Ruiz – graduada de la Licenciatura en Canto – conmovió con el aria Parto, ma tu ben mio de La Clemenza di Tito de Mozart, desplegando una interpretación cargada de intensidad emocional, dominio técnico y poderosa presencia escénica. Su vestuario y postura escénica, cuidadosamente pensados, contribuyeron a una experiencia operística completa.

El talento continuó con la graduada de la Licenciatura en Música, Raquel Carolina Baca Hernández, quien abordó el Concierto para violín No. 2 en re menor, Op. 22 de Wieniawski, resaltando especialmente en el Romance y el Finale à la Zingara, donde mostró virtuosismo y pasión. Su interpretación del aria Werther, Qui m’aurait dit la place de Massenet cerró su intervención con una nota de introspección lírica y delicada emoción.

La impecable labor de los pianistas acompañantes Juan Pablo García y Raziel Pineda fue crucial para el éxito de la velada, brindando soporte sólido, expresivo y sensible en cada una de las piezas.

Por compromisos de trabajo no participaron en el recital de graduación, las egresadas de la Licenciatura en Música: Karla Patricia Guzmán Veytia (percusiones) y Fernanda Gabriela Valdez Soto (piano).

Una noche que honra el estudio y la disciplina

El recital no solo fue un despliegue de talento, sino también el resultado de años de estudio riguroso, formación vocal e instrumental, y compromiso artístico. Casa Haas, como en tantas otras ocasiones, fue testigo de una generación que se despide del aula con partituras en mano y la convicción de que la música, más que arte, es vocación, identidad y legado.